Bicicletas de ciclocross

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Las bicicletas de ciclocross fueron diseñadas para la práctica de esta modalidad ciclista, nacida a mediados del siglo XX, que consiste en realizar un determinado número de vueltas a un circuito con tramos de asfalto, caminos y prados, y con una serie de obstáculos (naturales o artificiales) que deban obligar al corredor a bajarse de la bicicleta para sortearlos.

Son similares a las bicicletas de carretera, aunque con algunas diferencias, como neumáticos más anchos y taqueados para mejorar la tracción sobre tierra y barro o la utilización de pedales de bicicleta de montaña. La bicicleta es más estrecha entre ejes para una mejor maniobrabilidad y para obtener reacciones más nerviosas. También son más altas de caja de pedalier para evitar que la bicicleta golpee con obstáculos elevados. Las vainas del tren trasero también son más largas y están separadas para dejar espacio a una rueda más grande y evitar la acumulación de barro. Los frenos son de tipo cantiléver, para evitar que en terrenos embarrados se acumule el barro en el puente.

La bicicleta de ciclocross es un tipo de bicicleta rápida y polivalente que tolera la mayoría de superficies, a excepción de un exceso de piedra o descensos muy vertiginosos. Se mueve con mayor agilidad y velocidad por los mismos lugares que una bici de montaña y con menos componentes mecánicos. Gracias a su ligereza, también rueda bien por asfalto y carreteras antiguas de tierra, aún con las cubiertas taqueadas. También puede utilizarse con ruedas de carretera y convertirla en una bici de ruta.