Skins

La historia de Skins empezó el 1996 de la mano de un científico australiano que tenía una ambición, hacer todo el ejercicio físico que podía hacer diez años atrás: esquiar por pistas traicioneras, pedalear todo el día, o soportar un duro partido de fútbol, y todavía sentirse a prueba de balas. Empezó constatando que una mejor circulación sanguínea aporta un mayor rendimiento de nuestro cuerpo. Envolviendo sus músculos en una segunda piel, podía acelerar el riego sanguíneo y aumentar el oxígeno que llega a los músculos, mejorando su potencia, velocidad, resistencia y recuperación. Costó cinco años inventar y perfeccionar el primer par de mallas Skins pero costó menos que atletas de todo el mundo fuesen tras de ellas. Desde que Skins vio la luz hace una década, se ha dejado la piel para ayudar a los atletas a superarse ya que les apasiona el deporte y el espíritu de la competición que consigue logros excepcionales, ya sea en carretera abierta, en la pista, en el campo, o en el monte. En Skins tienen un respecto innato por la superación, por la determinación, la pasión y el valor. Skins se inspira en los grandes momentos deportivos que permanecen por siempre en la mente de los fans. El amor por el deporte, lo que ha llevado a Skins a crear estos innovadores e inteligentes productos. Skins realza el potencial humano de modo natural, aplicando la compresión correcta en los lugares correctos. Skins acelera el flujo sanguíneo y hace llegar más oxígeno a los músculos activos. La obsesión por estar en el límite siempre yendo un paso más allá, es lo que hace de Skins una de las marcas deportivas mundiales con mayor reconocimiento e innovación. Hoy Skins es conocido por atletas de distintas disciplinas de más de 30 países. Los beneficios de Skins han sido subrayados por numerosas investigaciones independientes, con múltiples estudios en las mejores publicaciones médicas.